sábado, 29 de marzo de 2008

Derriba das Tellas / Sobre las tejas

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I

Fixeron seu niño (hicieron su nido)
como gaivotas (como gaviotas)
derriba das tellas (sobre las tejas)

de tan agachadas (por escondidas)
todas las fames (todas las hambres)
ficaran vellas (se hicieran viejas)

pero anovaron (pero se renovaron)
no mismo intre (al mismo instante)
de se toparen (en que se encontraron)

Ollos, mans, (ojos, manos)
beizos, meixelas (labios, mejillas)

Un só corpo nunha estrela (un sólo cuerpo en una estrella)
cinguido-los dous a un: (ceñidos el uno al otro)
ela vestida con él (ella vestida con él)
i él, vestido con ela. (y él, vestido con ella)

II


Fixeron seu niño, (hicieron su nido)
como gaivotas (como gaviotas)
derriba das tellas. (sobre las tejas)

Pra facer lume, (para hacer fuego,)
tiñan un feixe (tenían un manojo)
de ganas novas (de ganas nuevas)
ben amarrado (bien amarrado)
con ganas vellas. (con ganas viejas)

Niño de soños. (Nido de sueños)
Vento de soños. (Viento de sueños)

"Aies" que durmen ("Ayes" que duermen)
derriba das tellas. (sobre las tejas)

Aires que agardan (Aires que esperan)
salaios novos (suspiros nuevos)
de cor bermella (rojos)
de sangue que ferve (de sangre que hierve)
na carne acesa... (en la carne encendida)

Carbón aceso (carbón encendido)
con palla seca. (con paja seca)

Venus, cantando (Venus, cantando,)
sube ao seu monte (sube a su monte)
nun niño, feito (en un nido,hecho)
con ansias novas (con ansias nuevas)
e ganas bellas, (y ganas viejas,)
preto do ceo... (cerca del cielo...)
derriba das tellas. (sobre las tejas)

José L. Dasilva N.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Lo natural es la paz, no la guerra. La paz existe en el mundo antes que la humanidad. También el aire puro existió sobre la tierra antes que la humanidad. Entonces, llegamos nosotros, destructores de lo natural, para ensuciar el aire... del mismo modo en que hemos ensuciado la paz.

¿Por qué esforzarnos buscando la paz, si La paz ha estado -y está- siempre con nosotros, frente a nosotros, a nuestras espaldas, a nuestros costados? Sólo debemos darnos cuenta, abrazarla, vivirla. No se precisa esfuerzo alguno ¡y es gratis!... tal vez por eso la valoramos tan poco que somos incapaces de encontrarla y cuando la encontramos... la perdemos de inmediato.

martes, 4 de marzo de 2008

Trazó una linea recta sobre el papel blanco.
Un poco más abajo, trazó otra con intención de ser paralela a la primera, y lo hubiera sido a no ser por que nunca tuvo precisión dibujando a "mano alzada".
Como por instinto, otra linea recta fue surgiendo en diagonal, cortando las dos primeras a diferentes alturas.
Desde el extremo izquierdo, nace una onda... sube... y sube... y sube... y alcanza el punto de inflexión y cae... baja, se hunde... y vuelve a tomar impulso hasta que con un sólo trazo, así ondeando, alcanza el otro extremo del papel.
Cuando se dió verdadera cuenta de lo que hacía, el papel no tenía ya espacios blancos donde seguir dibujando lineas.
Se lo quedó mirando.
¿Qué había intentado hacer?
En realidad, nada, salvo acompañar al tiempo en su monótono desgranar de segundos.
Puesto que cada quien ve lo que quiere ver, seguramente habrá quien piense, ante el papel rayado, que aquello fue un trabajo de composición, premeditado, sujeto a alguna regla, técnica y método, previamente establecidos. Seguramente habrá quien vea un trabajo de expresión, un intento por decir algo cuyo significado sólo conoce su autor -o el depositario de sus claves, una vez que aquél fallezca y no pueda ya argumentar nada en contrario-.

Lorca escribió:

"Se quedaron solos:
aguardaban la velocidad de las últimas bicicletas.
Se quedaron solas:
esperaban la muerte de un niño en el velero japonés"
(Federico García Lorca, "PAISAJE DE LA MULTITUD QUE ORINA")

y la crítica lo aplaudió como gran poeta.

Mi hijo escribió:

Huele mal:
Hace tiempo que en mi calle no recogen la basura.
Ya casi ni se puede caminar:
La gente pasa dando saltos sobre los desperdicios.

y su maestra le dijo algo -no sé qué- sobre falta de creatividad y de imagenes poéticas.

Un Alguien -de esos que promocionan su curriculum vitae en cada acto de su vida como si cada acto de su vida fuese, no más, un acto contínuo de promoción y venta- escribe:
"...el amor indescriptible de la otredad, es decir, la mismidad que se busca reconocer en la alteridad de su contradictoria complementaridad" y uno se pregunta si realmente entiende lo que escribió; si realmente quería decir algo o si fue tan sólo un trazado al azar, sin rumbo determinado, de palabras, por llenar un espacio de tiempo y papel cuando nada había para decir, o, cuando, viéndose en la obligación de decir algo, no sabía qué.

El poeta se queja de que sólo lo leen sus amigos poetas y decimos con lástima y mucha resignación "ya la gente no lee poesía", sin detenernos a pensar que aún hoy, más gente es capaz de recitar una estrofa de Quevedo o una rima de Becquer (aún sin saber quien fue el autor), que una simple linea de Neruda (con toda la publicidad que a Neruda se le ha hecho y se le hace). No importa lo que quiso decir el poeta al escribir "oscuras golondrinas"; la gente sabe lo que es una "oscura golondrina" y sabe que "volverán" (según el decir del verso) y eso es lo que importa; se entiende que la oscura golondrina va a volver... ¡así de sencillo! ¿a dónde volverán? lo dice el verso siguiente con la misma sencillez que el anterior. ¿Por qué hacerlo difícil, si fácil también se puede?

¿De qué nos sirve el lenguaje a no ser como instrumento de comunicación? y si al hablar o escribir, no comunicamos nada, ¿de qué nos sirve? ¿de qué sirve un discurso en alemán dirigido a quien sólo entiende el castellano? ¿y nos quejamos de que cada vez se lee menos poesía?

José L. Dasilva N. /2008

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