sábado, 25 de octubre de 2014

Paisaje de acera común, con perro y hombre

No se podría decir con exactitud
si el perro seguía al hombre
o el hombre seguía al perro,
porque, si bien el perro caminaba
tras las pisadas del hombre,
este se detenía cada vez que aquel hacía un cambio
ya en la dirección, ya en la velocidad, de su movimiento.
Hay quien pensaría ante la escena
si el amo arrastraba al perro
tirando de la cuerda
o el perro empujaba al amo
aprovechando el espacio sólido de aire
que mediaba entre ambos.

Perro y hombre son accidentes temporales,
percances que, de cuando en cuando, le ocurren al paisaje.
Eventos que el paisaje absorbe con absoluta naturalidad,
quizás acostumbrado como está,
a ser continuamente modificado.

miércoles, 16 de julio de 2014

No hay más límites que los que uno mismo se impone. Uno es quien debe decidir si vivir lamentándose por lo perdido o disfrutando de aquello que aún le queda; si recriminar al universo por lo que nos ha quitado o dar gracias a Dios por haberlo tenido, aunque sólo haya sido, un corto tiempo. Todo está dentro de uno mismo. "No se consuela quien no quiere", reza un viejo dicho que suena a conformismo, pero no, no es cuestión de conformarse, sino de irse adaptando a las circunstancias con cada nueva situación que nos plantea el camino y partir, cada vez como de un nuevo principio, con lo obtenido: lo ganado y lo perdido -que si bien lo ves, tambien es ganancia- de la etapa anterior.
Al fin y al cabo, 
Qué somos, sino peregrinos? Caminantes
constructores de caminos. Guerreros en la paz.
Uvas en el vino.
Arena en el desierto,
agua en el mar.
Soledad en compañía,
ah!, compañera soledad!

Los límites estan aquí, adentro. Empiezan en el "no puedo", en el "yo no sirvo -o ya no estoy- para eso".
Y qué si el camino es largo?
Cuándo entenderemos que lo importante no es la meta sino lo aprendido en el intento de alcanzarla?
No es la meta lo que importa.
No es Santiago, es el Camino!

A menudo hacemos el camino
dos veces cuando lo recorremos,
y ambas suceden a un mismo tiempo:
la una sobre los pies,
la otra sobre el pensamiento;
porque a cada paso dado,
evocamos el regreso.

domingo, 11 de mayo de 2014

Una pregunta, Rubén...
¿Qué pasó con Pablo Pueblo?
Visto desde Hollywood, no es tan malo el tiburón,
O ya desde el principio el tiburón al que te referías era el de Spielberg?
No eres el único...
A Soledad le pasó lo mismo... casualmente,
también después de juntarse con Willie.
Dice mi buen amigo Alejandro Szilágyi, en su libro Reflexionamientos: "

A mucha gente le es más fácil desprenderse de un amigo que cambiar una opinión.

Yo digo: si un amigo deja de serlo por causa de tus opiniones, nunca fue tu amigo. No habrás perdido nada desprendiéndote de él. Si cambias de opinión por conservar a un amigo, te pierdes a ti mismo.

viernes, 24 de enero de 2014

En la mesa contigua dos personas comentaban "¡qué tontería! se divorcian después de haberse soportado durante 40 años". ¡Después de 40 años! -pensaba yo- ¡gran error de apreciación! No es DESPUES de haberse soportado durante 40 años, sino, precisamente, POR los cuarenta años de haberse soportado... No rebosa el vaso con la primera gota sino con la última.