Quizás no siempre camino
por la vereda acertada, pero
Cómo saberlo?
Cómo saber de antemano la dirección
y el tiempo justo
en que habremos de enfrentarnos al destino?
Quizás camino demasiado por la senda equivocada.
Nunca tuve carta de navegación.
Jamás me dieron un mapa.
Me empujaron, una noche, monte abajo
y me dijeron: ¡anda!
Y no quedó alternativa:
caminar a la deriva
buscando algo que quizás reconozca
al instante en que lo encuentre,
si es que alguna vez lo encuentro
y, de hacerlo, soy consciente.
¿Qué tan importante puede ser,
qué tan pertinente,
tener la razón, ganar o perder?
El fin último,
el verdadero,
el inevitable,
el duradero,
de uno u otro modo,
con razón o sin ella, es el mismo:
la noche oscura, el abismo
la quietud del pensamiento
para unos el descanso
para otros, el lamento.
(agosto /2010)
Quien tenga algo que objetar acerca de lo que yo escribo, sólo piense y recuerde que: Lo que expongo, es mi experiencia y mi pensamiento; no puedo exponer ni su experiencia ni su pensamiento. Si mi experiencia fuese igual que su experiencia y mi pensamiento fuese igual que su pensamiento, entonces usted sería yo... y de ello, a ambos nos libre Dios.
jueves, 3 de mayo de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
Poco a poco, sin más apuro
que el nacido de la urgencia de vivir.
Paso a paso. Es más seguro.
Gota a gota, el que bien bebe,
no pierde su presencia ante el barril;
ni se aparta del buen vino
ni se sale del carril.
Paso a paso. Poco a poco.
Quemar el tiempo en su justa medida
y saltar la hoguera
para alejar los fantasmas
como en una permanente noche de San Juán.
que el nacido de la urgencia de vivir.
Paso a paso. Es más seguro.
Gota a gota, el que bien bebe,
no pierde su presencia ante el barril;
ni se aparta del buen vino
ni se sale del carril.
Paso a paso. Poco a poco.
Quemar el tiempo en su justa medida
y saltar la hoguera
para alejar los fantasmas
como en una permanente noche de San Juán.
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