Quien tenga algo que objetar acerca de lo que yo escribo, sólo piense y
recuerde que: Lo que expongo, es mi experiencia y mi pensamiento; no puedo exponer ni su experiencia ni su pensamiento. Si mi experiencia fuese igual que su experiencia y mi pensamiento fuese igual que su pensamiento, entonces usted sería yo... y de ello, a ambos nos libre Dios.
Qué vaina, viejo. ¡Qué vaina! Nunca pensó tu voluntad que el cuerpo le fallaría. Tú que siempre repetías: "Y mientras el cuerpo aguante..." Qué vaina, viejo. ¡Qué vaina! ¡Qué vaina te echó la vida!
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