Nas quedas augas da ría
canta unha estrela.
Na miña aldea
xa ven o día.
A noite fica espallada,
po-los piñeiros,
coma un remedo
de sombra fría;
(po-los vieiros da miña aldea)
trema a estadea
xa ven o día.
Nunha lareira daquelas tantas,
caldo na pota
bota María.
(A terra chama po-lo labrego)
Na miña aldea
Xa ven o día.
Quien tenga algo que objetar acerca de lo que yo escribo, sólo piense y recuerde que: Lo que expongo, es mi experiencia y mi pensamiento; no puedo exponer ni su experiencia ni su pensamiento. Si mi experiencia fuese igual que su experiencia y mi pensamiento fuese igual que su pensamiento, entonces usted sería yo... y de ello, a ambos nos libre Dios.
domingo, 29 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
Dejar el fardo a un lado del camino
y bajar a la tierra,
envuelta la piel en hojas de olvido
y traje de madera.
Una vieja dorna en llamas
alumbra la ribera.
Pescador a la deriva.
Marinero sin bandera.
Recuerdo de un naufragio a golpes de otoño.
¡Ah! ¡Cómo se nos marchitó la primavera
sin haberla visto florecer!
y bajar a la tierra,
envuelta la piel en hojas de olvido
y traje de madera.
Una vieja dorna en llamas
alumbra la ribera.
Pescador a la deriva.
Marinero sin bandera.
Recuerdo de un naufragio a golpes de otoño.
¡Ah! ¡Cómo se nos marchitó la primavera
sin haberla visto florecer!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)