Dejar el fardo a un lado del camino
y bajar a la tierra,
envuelta la piel en hojas de olvido
y traje de madera.
Una vieja dorna en llamas
alumbra la ribera.
Pescador a la deriva.
Marinero sin bandera.
Recuerdo de un naufragio a golpes de otoño.
¡Ah! ¡Cómo se nos marchitó la primavera
sin haberla visto florecer!
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