Se nos perdió el camino
de tanto buscar caminos nuevos.
Porque conjugar quisimos,
a una vez todos los tiempos
sin tiempo nos quedamos
(y sin verbos).
Por andar, de anochecida,
invocando amaneceres
se nos escapó la noche
y se llevó, con todo y sombras,
medias luces y placeres.
Y ahora,
(en este absurdo ahora inconsistente
sin antes o después
sin ayer
sin hoy
y acaso también, sin un mañana)
vivimos,
vagamos como perdidos en un sueño
flotando ingrávidos
más allá de la atmósfera del tiempo
sin saber como volver.
Es que habrá manera alguna de volver?
y al final,
¿Volver a dónde?
¿Volver a qué?
Los lugares que dejamos, hoy son otros
otra la gente, también, que nos aguarda
nosotros mismos ya no somos quienes fuimos
otras cargas doblan hoy nuestras espaldas.
Para bien o para mal hay un abismo
entre la tarde de ayer y esta mañana.
... Y no hay sendero que nos lleve hacia el pasado
a no ser que el propio tiempo dé la vuelta
o retorne, marcha atrás, sobre sus pasos
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